02/02/2009

Cuándo empecé a amarte?

¿Tiene el amor un principio
Que se puede medir en un encuentro?
¿Pasa en un momento
Como un rayo de relámpago
Cruzando el horizonte?
¿Puedes decirme sus dimensiones...
Tal de ancho... y tal de alto?
¿Cuándo empecé a amarte?


¿Cuántos encuentros se necesitan
Para que la chispa del amor se prenda?
¿Cuándo empieza el momento mágico
De entregar el corazón?
¿Cuándo empecé a amarte?


¿Sería cuando me llamaron de la oficina principal
Para avisarme que un tal “GALAN” esperaba mi llegada?
O, ¿sería en el camino a la sala de encuentro
Cuando aún el aire que respiraba me susurraba que
Una brocha Divina empezaba a pintar la magia de mi vida?

¿Cuándo fue que empecé a amarte?

¿Sería el día en que hablamos de tus sueños
Caminando en el bosque de Batesburg
Cuando se prendió mi corazón?
O, ¿fue cuando me agaché a limpiar tus zapatos y tu pantalón
De las zarzas bien prendidas?

¡Todo esto mientras caminamos
Entre los pinos aromáticos del Sur!
¿Sería allí cuando empecé a amarte?


Recuerdo cuando entramos a comer
Y cien pares de ojos te admiraban y pensaban:
“¡Qué afortunada ésta Ruth, con un amigo misionero como éste!,
¿De dónde habrá venido?”
¡Pero no sabían que el Destino Divino
Había empezado un tejido
Que sólo en la eternidad terminaría!.
¿Sería allí donde empecé a amarte?


¡Ah sí! ¡Recuerdo el comedor!
Recuerdo bien los momentos en que por primera vez
Oí tu dulce voz cantar:
“¡Ah, misterio dulce de la vida,
Por fin te he encontrado!”
Y latía mi corazón pensando:
“¿Será éste al cual he esperado?”
¿Sería ese el momento en que empecé a amarte?


Demasiado pronto vino el momento
De decir: “Adiós”.
Pero presentía que tu promesa de fotos y cartas cumplirías
Aunque una sola carta cada mes nos permitían.
La ilusión de recibirlas me sostenía.
Y cuando por fin tuve la primera en mis manos,
(¡Que por cierto de 20 páginas venía!),
Suspiré de gratitud que al fin
Un amigo ya tenía.

¿Sería ese el momento en que empecé a amarte?


Y la foto!....¡Sí!, ¡Tu foto!
No puedo dejar de hablar de esa foto,
¿La mandarías con el fin de galantearme?
Te confieso que de noche la sacaba
A mi ventana para admirarla,
Donde los rayos de la luna te bañaban
Iluminando así tu rostro tan sonriente.
¿Sería allí que empecé a amarte?


Los meses transcurrían y
Las cartas iban y venían,
Las naves que cruzaban los océanos (en esa Segunda Guerra Mundial)
Nunca se imaginaban que
Dentro de su cargamento llevaban
Una línea escrita a mano que decía:

“Según creo, nacimos los dos para
Este solemne momento”.

Estas destilaban el aroma de tu intención:

¡P R O P O S I C I Ó N!

¿Sería éste el momento cuándo empecé a amarte?

O, ¿sería cuando en la plataforma
Yo tu cara contemplaba,
Vestida ya de blanco
Esperando el momento en que
Yo en tus brazos me entregara... ¡VIRGEN!
Y sabiendo que esa entrega era pura y correcta
Destinada por un Dios Omnipresente
¡Y que yo fuera única y solamente para ti!
Pues para éste solemne momento Dios nos
Había guardado. ¡Aún como lo dijiste!
¿Sería éste el momento cuándo empecé a amarte?


Dos años transcurrieron
Y al fin recibimos la noticia de que
¡Un nene estaba en camino¡
¡Robertico Stanley Coffey se llamaría!
¡Qué alegría nos causó!
No sólo porque pronto estaríamos abrazando
A la entrega con que Dios nos confiaría;
Si no porque mucho te gustaba mi apariencia... ¡Así, tú me dijiste!.

¿Sería ese el momento en que empecé a amarte?


Sucesivamente nacieron cuatro más...
Miguelito, Ronaldito, Guillermito, y Mericita!
¡Al fin!... ¡la niña!

Por la boca de un profeta sabíamos que algún día llegaría
Pero, honestamente, ella sin los cuatro, y ellos sin ella, y
Nosotros sin los cinco ¡incompletos estaríamos!
Somos siete... ¡El número perfecto!
A Dios encomendamos sus futuros
Rogando que al final de sus jornadas
Sólo la imagen de Su Hijo Jesucristo resplandecería en sus rostros.


A Dios gracias que las emergencias no nos perseguían,
Sólo recuerdo cuando una amiga derramó el pomo entero
De esmalte rojo en una herida del primero,
Pues, ¿no se estanca un derrame de sangre con esmalte?,
Pero, como siempre, viniste al rescate
Orando, e imponiendo tus manos tiernas sobre su cabeza

¿Sería allí donde empecé a amarte?


Durante los inviernos, oh, tan cruentos,
Te levantabas a cuidarme
Y a cubrir los cinco niños, orando que
Los ángeles de Jehová guardaran
Sus almas y sus cuerpos de toda
Asechanza venidera.

¿Sería entonces cuando empecé a amarte?

¡Enjugaste nuestras lágrimas tantas veces!
Papel y tinta faltaría para contar
Las veces que te sacrificaste por mí,
Por tu familia... y por otros.
Todo, todo lo observé...

¿Sería entonces cuándo empecé a amarte?

Achaque tras achaque ha tratado de acabar
Con la vida de un guerrero singular.
¡Pero he visto la gran nube de testigos
Echando porras por tu vida,
Porque saben que perteneces a las filas
De Vencedores Escogidos;
Y que nunca te has dado por vencido!
El débil esfuerzo hecho en el Día de los Enamorados,
de evocar amor, amor, y más amor,
Sólo termina en bombones, flores y peluches despaturrados.
Cajas, papeles y tarjetas estrujadas,
Y con esto tratan de imitar
Lo que por 50 años yo he gustado.


¿Qué es pues, la sustancia ésta
Que compone el amor... que llena el mundo entero de fulgor?

¡El amor es la fragancia de la flor!
El calor del sol, ni ambición, ni vanidad
Apagarán el amor.
Las muchas aguas, ni borrasca tempestad
Apagarán jamás la llama del amor.


¡“...El amor no es celoso ni envidioso;
El amor no es presumido ni orgulloso;
No es arrogante ni egoísta ni grosero...
Se regocija cuando triunfa la verdad.
El que ama es fiel a ese amor...
Confía en la persona amada,
La defiende con firmeza,
Y espera de ella lo mejor”! ( I Co. 13:4-7 Biblia al Día Internacional.)


¡Cómo fallo en describir los componentes del amor!
¿Cómo es que es tan difícil capturar la esencia del fulgor?
¿Será que al deletrear esa palabra: “A M O R”,
Me equivoco vez tras vez, y en los espacios
Debo sustituir TU NOMBRE cada vez?


Ya no pienso más:
¿Cuándo sería que yo empecé a amarte?
¡Escuchen cielo, tierra y mar,
Y tú, amado esposo mío!
Ayer te amé y hoy te amo,
Y hasta que en Su Gloria nos veamos,
Yo por siempre TE AMARÉ.
Autor: Ruth Aileen Coffey

Ausencia

"Un dia es un siglo sin ti"

Ausencia

Si todo pensamiento me sabe a tu presencia
cómo hago, dímelo, para no extrañarte;
ya es imposible disimular tu ausencia
si de esta agonía nada puede consolarme.

Adónde están
adónde el poderoso anillo con la escritura:
"Esto también pasará"
Nada en esta tierra libera a mi alma
de la inquietud que la aprisiona
cuando me faltas, cuando no estás...

Si no hay tiempo ni barreras ni distancias
que separen a dos seres que se aman,
entonces por qué muero al tenerte distante...
Seré yo la excepción a la regla
o serás tú mi vida que dejaste de amarme.

(Autor: Fabián Ruiz)

Solo Dios llena nuestra alma Y LIBERA NUESTRO SER

Solo Dios basta el nunca falla..!!

Intimidad

Soñamos juntos
juntos despertamos
el tiempo hace o deshace
mientras tanto

no le importan tu sueño
ni mi sueño
somos torpes
o demasiado cautos

pensamos que no cae
esa gaviota
creemos que es eterno
este conjuro
que la batalla es nuestra
o de ninguno

juntos vivimos
sucumbimos juntos
pero esa destrucción
es una broma
un detalle una ráfaga
un vestigio
un abrirse y cerrarse
el paraíso

ya nuestra intimidad
es tan inmensa
que la muerte la esconde
en su vacío

quiero que me relates
el duelo que callas

por mi parte te ofrezco
mi última confianza

estás sola
estoy solo
pero a veces
puede la soledad
ser
..... una llama.

Mario Benedetti*